Como si jamás pudiera despertar de la más terrible
pesadilla, siento caer muy fría la lluvia en mis pobres mejillas. Ahora sé que
la soledad será mi única y verdadera compañera, esa que sin fallar, estará a mi
lado por toda la vida entera. Me diste todo, me entregaste lo más grande: tu
corazón, y ahora desapareces, te vas, sin ni siquiera una razón. Deambulo por
las calles busco el amparo de lo desconocido, no quiero pensar ni n solo
segundo más en todo lo que he perdido, a cada paso tu fantasma me persigue como
la peor maldición, que clava los más afilados puñales dentro de mi corazón. Te
lloraré mil noche y mas de mil días, por que fuiste el motivo más importante
para mis alegrías, ¿Ahora?, no sé que pasará, intentaré ser fuerte, y olvidar a
aquella mujer que casi me trae la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario