No te enamores del amor, enamórate de alguien que te ame,
que te espere, que te comprenda aún en la locura; de alguien que te ayude, que
te guíe, que sea tu apoyo, tu esperanza, tu todo.
Enamórate de alguien que sueñe contigo, que sólo piense
en ti, en tu rostro, en tu delicadeza, en tu espíritu y no en tu cuerpo o en
tus bienes.
Enamórate de alguien que te espere hasta el final, de
alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes.
Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a
ti, que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea necesario, que se alegre
con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso.
Enamórate de alguien que vuelva a ti después de las
peleas, después del desencuentro, de alguien que camine junto a ti, que sea un buen
compañero(a), que respete tus fantasías, tus ilusiones...
Enamórate de alguien que te ame. No te enamores del amor,
enamórate de alguien que ya este enamorado(a) de ti.