lunes, 17 de febrero de 2014
viernes, 14 de febrero de 2014
miércoles, 5 de febrero de 2014
DEPENDE DE TI :D
Unos obreros estaban
picando piedras frente a un enorme edificio en
construcción. Se acercó un
visitante a uno de los obreros y le preguntó:
-¿Qué están haciendo
ustedes aquí?
El obrero lo miró con
dureza y le respondió:
-¿Acaso usted está ciego
para no ver lo que hacemos? Aquí, picando piedras
como esclavos por un
sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel.
Allá ponen los nombres de Ingenieros, Arquitectos, pero no ponen los nuestros
que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo.
El visitante se acercó
entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo.
-Aquí, como usted bien
puede ver, picando piedras para levantar este enorme edificio. El trabajo es
duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y
algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos. Se acercó el visitante a
un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le
contestó con gran entusiasmo:
-Estamos levantando un
Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán
impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias,
anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Yo no lo veré terminado, pero
quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.
El mismo trabajo, el mismo
sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras
distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura
y desafío. Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo
es parte del Paraíso y lo será. Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una
fiesta, sentirnos parte de las buenas obras...
¡De ti depende!
Cuanto pesa tu ORACION
Una mujer pobremente
vestida, con un rostro que reflejaba derrota, entró a una tienda. La mujer se
acercó al dueño de la tienda y, en la manera más humilde, le preguntó si podía
llevarse algunas cosas a crédito (lo que los puertorriqueños conocemos como
fiao).
Con voz suave le explicó
que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenían siete niños y
necesitaban comida. El dueño le gritó y le pidió que abandonara su tienda.
Viendo la necesidad que
estaba pasando su familia la mujer continuó: "¡Por favor señor! Se lo
pagaré tan pronto como pueda". El dueño le dijo que no podía darle crédito
ya que no tenía una cuenta de crédito en su tienda.
De pie cerca del mostrador
se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la
tienda y la mujer. El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que él
se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia.
El dueño, de una manera
muy tosca, preguntó a la mujer: "Tiene usted una lista de compra?".
La mujer dijo: "Sí señor".
"Está bien,"
dijo el dueño, "ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, le
daré yo en comestibles". La mujer titubeó por un momento y cabizbaja,
buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de
papel, cabizbaja aún, en la balanza.
Los ojos del dueño y el
cliente se llenaron de asombro cuando la balanza se fue hasta lo mas bajó y se
quedó así. El dueño entonces, sin dejar de mirar la balanza y de mala gana,
dijo: "¡No lo puedo creer!".
El cliente sonrió y el
dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza. La balanza no se
movió por lo que continuó poniendo más y más comestibles hasta que no aguantó
más.
El dueño se quedó allí
parado con gran disgusto. Finalmente, agarró el pedazo de papel y lo miró con
mucho más asombro.... No era una lista de compra, era una oración que decía:
"Querido Señor, tú
conoces mis necesidades y yo voy a dejar esto en tus manos".
El dueño de la tienda le
dio los comestibles que había reunido y quedó allí en silencio. La mujer le
agradeció y abandonó su tienda. El cliente le entregó un billete de cincuenta
dólares al dueño y le dijo:
"Valió cada centavo
de este billete".
Sólo Dios sabe cuánto pesa
una Oración.
Vive como lo hace una flor
- Maestro, que debo hacer
para no quedarme molesto ?
Algunas personas hablan
demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por
aquellas que son mentirosas. Sufro con aquellas que calumnian.
- Pues, viva como las
flores! Advirtió el Maestro.
- Como es vivir como las
flores ? Preguntó el discípulo.
- Ponga atención a esas
flores - continuó el Maestro, señalando lirios que crecían en el jardín. Ellas
nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono
maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo
agrio de la tierra macule la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con
sus propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás lo
incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no suyos.
Si no son suyos, no hay
motivo para molestarse. Ejercite, pues, la virtud de rechazar todo el mal que
viene desde afuera.
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