Feliz y bendecida tarde amigos
jueves, 20 de noviembre de 2014
miércoles, 19 de noviembre de 2014
La fortaleza de un hombre
La fortaleza de un hombre no está en el ancho de sus
hombros. Está en el tamaño de sus brazos cuando abrazan..
La fortaleza un hombre no está en lo profundo del tono de
su voz. Está en la gentileza que usa en sus palabras..
La fortaleza de un hombre no está en la cantidad de
amigos que tenga. Está en lo buen amigo que se vuelve de sus hijos..
La fortaleza de un hombre no está en como lo respetan en
su trabajo. Está en como es respetado en su casa..
La fortaleza de un hombre no está en lo duro que puede
golpear. Está en lo cuidadoso de sus caricias..
La fortaleza de un hombre no está en su cabello o su
pecho. Está en su corazón..
La fortaleza de un hombre no está en las mujeres que ha
amado. Está en poder ser verdaderamente de una mujer..
La fortaleza de un hombre no está en el peso que pueda
levantar. Está en las cargas que puede llevar a cuestas...
Y por último, la verdadera Fortaleza de un Hombre no esta
en confiar en sus propias Fuerzas. Está en poner su confianza en Dios.
Jeremías 17:7
Bendito el varón que se fía en el Señor, y cuya confianza
es Dios.
1 Juan 5:14
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si
demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos
oye.
martes, 18 de noviembre de 2014
NO DEJES DE LUCHAR
Sé firme en tus actitudes
y perseverante en tu ideal,
pero sé paciente, no pretendiendo
que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo, vendrá a tus
manos en el momento oportuno.
Aprende a esperar el momento exacto para recibir los
beneficios que reclamas.
Espera con paciencia a que maduren los frutos para poder
apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes.
No revuelvas una herida que está cicatrizada.
No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
¡Lo que pasó, pasó!
De ahora en adelante procura construir una vida nueva,
dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás.
Haz como el sol que nace cada día, sin acordarse de la
noche que pasó.
Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es
alcanzarla. No te detengas en lo malo que has hecho;
camina en lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a
cambiar.
No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu
propia vida y trata de cambiar tú. Deja que el amor te toque y no te defiendas
de él.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien
y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que
"cada día tiene su propio afán".
Busca a alguien con quien compartir
tus luchas hacia la libertad;
una persona que te entienda,
te apoye y te acompañe en ella.
Si tu felicidad y tu vida
dependen de otra persona,
despréndete de ella y ámala,
sin pedirle nada a cambio.
Aprende a mirarte con amor y respeto,
piensa en ti como en algo precioso.
Desparrama en todas partes
la alegría que hay dentro de ti.
Que tu alegría sea contagiosa
y viva para expulsar la tristeza
de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz
que debe permanecer siempre encendido,
iluminando todos nuestros actos
y sirviendo de guía a todos
los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas
de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en
tinieblas, serán iluminados por tu luz.
Trabajo es sinónimo de nobleza.
No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida.
El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan con
entusiasmo y amor.
No existen trabajos humildes. Sólo se distinguen por ser
bien o mal realizados.
Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo con amor y cariño y
así te valorarás a ti mismo.
Dios nos ha creado para realizar un sueño.
Vivamos por él, intentemos alcanzarlo.
Pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no
podemos, quizás entonces necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar
un cambio radical en nuestras vidas.
Así, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la
gracia de Dios, lo haremos.
No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la
vida, es porque sabe que tú puedes con ella.
El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado,
sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.
Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el
corazón de otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
"Que este día sea el mejor de tu vida para alcanzar
tus sueños".
lunes, 17 de noviembre de 2014
domingo, 16 de noviembre de 2014
FELIZ LUNES
Feliz lunes
Hola soy lunes yo
se que te han hablado mal
de mi pero....
Soy buena onda
deberias conocerme por favor,
solo una oportunidad te juro que no caigo mal
jueves, 13 de noviembre de 2014
Hija tu que quieres ser Madre.
Ser madre es sacrificado,
pero se gana más de lo que se pierde.
De una madre para su hija que también quiere ser madre
Estábamos sentándonos a comer cuando mi hija casualmente
menciona que ella y su esposo están pensando en “empezar una familia”.
“Estamos haciendo una encuesta" –dice ella, en
broma– “¿Crees que debería tener un bebé?”
“Cambiará tu vida” digo, cuidadosamente manteniendo mi
tono neutral. “Yo sé” dice, “no más fiestas los fines de semana, no más
vacaciones espontáneas...”
Pero eso no es en absoluto lo que yo quise decir. Miro a
mi hija, intentando decidir qué decirle. Quiero que sepa lo que ella nunca
podrá aprender en las clases de parto. Quiero decirle que las heridas físicas
por dar a luz un niño sanarán, pero que el volverse madre la dejará con una
herida emocional tan profunda por la cual ella será vulnerable para siempre.
Pienso en advertirle que ella nunca leerá de nuevo un
periódico sin preguntarse “¿Y si eso le hubiera pasado a mi niño?” Que cada
accidente de aviación, cada incendio en una casa la obsesionará. Que cuando vea
fotos de niños hambrientos, se preguntará si algo podría ser peor que vivir la
muerte de su niño.
Yo la miro cuidadosamente, sus uñas finamente pintadas y
el traje elegante y pienso que no importa cuán sofisticada ella sea, el
convertirse en madre la reducirá al nivel primitivo de una osa que protege su
cachorro.
Que una llamada urgente de “¡Mamá!” le hará dejar caer un
soufflé o su mejor cristal sin vacilar por un momento.
Siento que debo advertirla que no importa cuántos años
ella haya invertido en su carrera, ésta se descarrilará profesionalmente a
causa de su maternidad. Ella podrá hacer los arreglos para dejar al niño en
casa al cuidado de una niñera, pero un día irá en camino de una reunión de
negocios importante y recordará el dulce olor de su bebé, y tendrá que usar
cada gramo de su disciplina para no correr a casa, sólo para asegurarse que su
bebé está bien.
Yo quiero que mi hija sepa que las decisiones cotidianas
ya no serán rutina. Que el deseo de un niño de cinco años de ir al baño de
hombres y no al de mujeres en McDonald’s se volverá un dilema mayor. Que justo
allí, en medio del ruido de bandejas y niños gritando, los problemas de
independencia e identidad de sexo serán sopesados contra la perspectiva de que
haya un abusador de niños acechando en ese baño.
No importa cuán decisiva pueda ser ella en su trabajo, se
criticará a sí misma constantemente en su papel de madre. Mirando a mi hija tan
atractiva, quiero asegurarle que en el futuro ella perderá los kilos de más del
embarazo, pero nunca se sentirá igual sobre ella misma. Que su vida, ahora tan
importante, será de menos valor para ella una vez que tenga un niño.
Que por los hijos ella tendrá que renunciar a la vida que
ahora tiene, pero que también empezará a desear tener más años, no para lograr
sus propios sueños, sino para ver a sus hijos lograr los suyos. Yo quiero que
ella sepa que una cicatriz de cesárea o las estrías se convertirán en insignias
de honor. La relación de mi hija con su marido cambiará, pero no de la manera
que ella piensa. Deseo que ella pudiera entender cuánto más uno puede amar a un
hombre que tiene cuidado para empolvar a su bebé o que nunca duda para jugar
con su niño. Yo pienso que ella debería saber que se sentirá de nuevo
completamente enamorada de él por razones que ahora encontraría muy poco
románticas.
Yo deseo que mi hija pudiera darse cuenta del lazo que
ella sentirá con mujeres a lo largo de historia que han intentado detener guerras,
discriminación y borrachos al volante. Espero que ella entienda por qué yo
puedo pensar racionalmente sobre la mayoría de los problemas, pero ponerme como
loca cuando discuto sobre la amenaza que supone una guerra nuclear en el futuro
de mis hijos.
Yo quiero describir a mi hija la euforia de ver a su niño
cuando aprenda a montar una bicicleta. Quiero capturar para ella las carcajadas
de un bebé que está tocando la piel suave de un perro o un gato por primera
vez. Quiero que saboree la dicha que es tan real, que de hecho duele. La mirada
interrogativa de mi hija me hace caer en cuenta de las lágrimas que se han
formado en mis ojos.
“Nunca te arrepentirás de ello” digo finalmente.
Entonces alcanzo por sobre la mesa la mano de mi hija y
la aprieto y ofrezco una oración silenciosa por ella, y por mí, y por todas las
mujeres que tropezaron en su camino hacia la más maravillosa de todas las
profesiones. Este regalo bendito de Dios... el hecho de ser Madre.
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